Diciembre 24, 2024 / EL ESPECTADOR / Pablo Montoya
Hay paciencia, disciplina, entusiasmo y un acogedor silencio en estos dibujos de Rafael Dussan. Lo suyo remite a las faenas del monje. Pero él, acorde al pálpito de nuestros días, no se afianza en lo religioso conventual, sino que indaga en la conmoción de los sentidos, en las ondulaciones de lo onírico, en el alto sentido poético y ético que tiene el concebir un universo donde naturaleza y humanidad se abrazan.

Dussan nos obsequia las raíces y los tallos que se vuelven ansia al buscar más el afuera que el adentro. Los tentáculos del pulpo y la aleta del pez se erigen como el fresco monumento ante la fachada y las techumbres de las edificaciones. Hombres y mujeres que nacen de los tallos de los mangles y miran el entorno colonial y republicano desde una perplejidad callada. Naturaleza y humanidad se enlazan aquí para recordarnos que una existencia, tal como la ha propuesto la sociedad de consumo y el enloquecido mercantilismo de nuestros días, ajena a esta connivencia afectuosa con la naturaleza, sería no solo catastrófica para el equilibrio de todos, sino insípida y tediosa.
Y como desconocer, finalmente, que una sutil melodía une estos dibujos con la música que el festival celebra en esta ocasión. Por tal motivo, no es nada fortuito suponer que una comunicación íntima podría establecerse entre los dibujos de Rafael Dussan y uno de los finos valses poéticos de Enrique Granados, o con los acordes impresionistas con que Isaac Albéniz evoca el Albaicín y la Almería, o con una de esas noches deslumbrantes en las que Manuel Falla nos invita a recorrer la embriaguez de sus jardines.
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*Inauguración: 3 de enero 5:00 pm/ Museo de Arte Moderno de Cartagena/ Entrada gratuita
La exhibición estará abierta hasta el 27 de febrero
Martes a viernes de 11:00am a 6:00pm / sábados y domingos de 11:00 am a 5:00 pm / Lunes cerrado